Hola, soy Jorge… y antes mi cerebro era como un navegador con 27 pestañas abiertas… 3 de ellas con música que no sabía de dónde salía.
Tenía ansiedad.
Pero no una ansiedad leve tipo “me preocupa el futuro”.
No. Yo tenía la versión premium con suscripción automática:
- ¿No me respondieron un mensaje? Claramente me odian.
- ¿Alguien me miró raro? Seguramente notó que estoy al borde del colapso.
- ¿El corazón late fuerte? “Adiós, mundo cruel.”
Dormía mal, pensaba demasiado y me cuestionaba todo.
Tenía conversaciones imaginarias en la ducha que jamás iban a ocurrir, y la voz en mi cabeza era más dramática que una telenovela.
Hasta que un día me miré al espejo y me dije:
— “¿Y si en lugar de seguir buscando en Google ‘cómo dejar de pensar tanto’, me convierto en mi propio experimento?”
Y fue ahí cuando nació mi guía para convivir con la ansiedad sin que me arruine la vida.
¿Qué tiene esta guía?
- Ejercicios reales, no solo frases de “tú puedes”.
- Humor, porque si no me río de mis crisis, me encierro con cobijas.
- Herramientas prácticas que usé cuando lo último que quería era leer una guía.
- Y frases tipo:
“No todo el mundo te odia. Algunos ni saben que existes. Tranquilo.”
¿Y ahora?
Sigo teniendo ansiedad.
Pero ya no es ella quien me maneja.
Ahora soy yo quien le pone límites.
A veces le digo:
— “Hola, ansiedad. Sé que vienes a molestar, pero hoy tengo cosas que hacer, ¿te parece si vienes después de las 6?”
Hoy puedo decir que soy más libre, más tranquilo y mucho más compasivo conmigo mismo.
Y si tú estás pasando por algo parecido, quiero decirte esto:
👉 No estás solo.
👉 No estás roto.
👉 Y sí, se puede estar mejor… sin tener que ser perfecto para lograrlo.
Hola, soy Jorge y esta es la versión de mí que aprendió a sobrevivir a su mente… y a reírse un poco en el proceso.
Si necesitas una guía, la tengo. Si necesitas compañía, te entiendo.
Y si necesitas un consejo rápido: respira, suelta los hombros… y deja de pensar que eres una carga. No lo eres.